Siempre quise cambiar el mundo. Mi frase es ‘puedo
tenerlo todo’.
Hay personas que dicen ‘quiero todo, o nada’. Yo sólo digo ‘quiero todo, o todo’.
Para mí no hay no como respuesta. Pero con algunos años de experiencias,
aprendí que todos morimos, y somos olvidados. Y nadie cambia el mundo. Ningún
mártir cambió mi vida, ni ningún escritor mi corazón.
Y no dejo de pensar, que hay algo que pueda hacer para no convertirme sólo en
un número más.
Y creo que entre todos los escritores, hay uno que me impacta más. Y entre
todos los santos, hay uno al que invoco más. Y entre todas las canciones, hay
una que elegí como preferida. Y entre todas mis amigas, hay una que
indudablemente es la mejor.
Pero parece ser que yo no tengo madera ni para amante, ni para amiga.
Ni para
ser odiada, ni para ser de verdad querida. No soy ni el peor enemigo, ni su
persona preferida.
Soy sólo telonera, una más en escena. Entro y salgo, pero
nadie se fija de verdad en mí.
¿Cómo contar una historia original si ya todo ha sido contado? ¿Cómo revelar un
misterio si ya no hay misterios por revelar? ¿Cómo escribir la mejor canción,
si nací demasiado tarde como para innovar? ¿Cómo recorrer el mundo si es
demasiado grande?
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