No importa cuántos chicos castaños de ojos marrones
causen furor.
Siempre quedará el clásico 'rubio de ojos celestes', sólo porque
este estereotipo es más difícil de encontrar.
Y no importa lo que haga tras el telón.
No importa cuánto aporte a la obra, ni
mis esfuerzos, ni nada. Sólo se piden autógrafos a los protagonistas.
Lo que hago bien, es mi responsabilidad. Lo que hago mal, lo debo mejorar.
Nunca seré demasiado buena, ni la peor. No recibo premios, ni castigos. Chica
promedio.
En cada aspecto, adonde sea que voy.
Seguiré intentando, dando mi mejor sonrisa desde el rincón.
Porque tal vez
alguien algún día sienta curiosidad por mirar un poco más allá.
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